En el presente artículo se van a tratar las incidencias más frecuentes que pueden afectar a las lombrices y, en consecuencia, al correcto funcionamiento del vermicompostador.

HUMEDAD: La respiración de las lombrices es cutánea, es decir, a través de la piel. Para que puedan respirar, debe haber una correcta proporción de aire y de agua en el vermicompostador. Para el correcto desarrollo de las lombrices, la humedad de nuestro vermicompostador debe estar alrededor del 80%. Esto equivale a la humedad de la tierra de una planta cuando la hemos regado y ya ha drenado el exceso de agua, es decir, que está húmeda pero no tiene aspecto de fango. Las partículas del humus deben estar sueltas, como si fuera poso de café. Si el contenido hídrico del vermicompostador es más elevado, los poros por donde debería circular el aire están ocupados por agua. Esta circulación incorrecta del aire tiene dos consecuencias: por un lado la aparición de olores inadecuados y, por otro, la muerte de las lombrices. Para remediarlo, en cuanto veamos el contenido pastoso (tal y como se muestra en la imagen) y que empieza a oler mal, debemos aportar material secante y estructurante. Secante para que absorba el exceso de humedad, y estructurante para que haga el contenido más esponjoso, y de esta forma facilite la circulación del aire. Podemos utilizar fibra de coco, virutas o serrín de madera natural (que no haya sido tratada con pinturas, colas o barnices), hojas secas trituradas, o incluso papel de periódico o de cocina. En cambio, si vemos que el contenido está seco, debemos humedecerlo. Esto se consigue o bien incrementando el volumen de restos de cocina que incorporamos, o bien depositando fibra de coco o trocitos de papel de periódico o de cocina humedecidos previamente con agua. Esta falta de humedad también puede tener como consecuencia la muerte de las lombrices.

TEMPERATURA: La temperatura óptima para el desarrollo de nuestras lombrices es de unos 22 ºC. No obstante, pueden vivir desde los 5 hasta los 35 ºC. Si nos salimos de este intervalo, su actividad se puede ver afectada, ya que ésta depende de la temperatura exterior. A medida que la temperatura desciende, las lombrices disminuyen su actividad. Entre los 15 y los 20ºC entran en un período de latencia. Disminuye la velocidad a la que degradan los restos, así como su tasa reproductiva. Por debajo de los 5ºC los adultos pueden morir, no así las cápsulas de huevos, que pueden sobrevivir y no eclosionar hasta que las condiciones ambientales sean adecuadas. Si la temperatura supera los 35 ºC también disminuye su actividad y pueden llegar a morir.

ACIDEZ: Las lombrices poseen unas glándulas calcíferas que neutralizan la acidez de los restos que digieren. Podemos añadir al vermicompostador restos ácidos, hasta un cierto punto. Si añadimos más restos ácidos de los que la lombriz puede tolerar, su actividad disminuirá. Observaremos que la coloración de las lombrices cambia a un tono más rosado o blanquecino, y la zona del clitelo (abultamiento que tienen aproximadamente a la altura del primer tercio de la longitud corporal) se hincha. Para evitar esto, hay que añadir restos variados al compostador, incluyendo cáscaras de huevo machacadas. De esta forma, la acidez de algunos restos se compensaría con los demás.

SÍNDROME PROTEICO: Si añadimos restos ricos en proteínas, como carne o pescado, o mucha cantidad de legumbres, este exceso de proteínas puede afectar a nuestras lombrices, las cuales transforman las proteínas en sustancias como amonio, que causa la hinchazón del cuerpo de la lombriz en diferentes puntos, e incluso su desaparición. El exceso de proteínas también fomenta la proliferación de microorganismos que acidifican el medio, con las consecuencias que hemos comentado en el apartado anterior. La solución es abstenerse de aportar sobras de carne y pescado, y, como en el caso anterior, añadir variedad de restos. Podemos consultar los restos que podemos añadir en el apartado:

¿QUÉ SE PUEDE Y QUÉ NO SE PUEDE VERMICOMPOSTAR?

HORMIGAS: Uno de los pocos depredadores que pueden atacar a nuestras lombrices en el vermicompostador son las hormigas. Estos organismos necesitan ambientes más secos que las lombrices para vivir y esto significa que lo primero que debemos solucionar es la falta de humedad del contenido, tal y como se explica en el primer apartado del artículo. Si vemos que han formado el hormiguero en el interior del vermicompostador, entonces debemos pensar que está muy seco. Si observamos hormigas en el interior del vermicompostador, lo más probable es que sean algunas obreras. Para eliminarlas, lo mejor es colocar recipientes con agua y unas gotitas de lavavajillas en las patas del vermicompostador durante unos días. Estos recipientes son una barrera para que no puedan entrar hormigas nuevas. Las que ya están en el vermicompostador acabarán muriendo, y al no haber reina, no se reproducirán.