Los jardines y las cosechas necesitan el compost para renovar las sustancias que las plantas y otros vegetales han absorbido durante el crecimiento.

Las plantas no se queman aunque se sobrepase la cantidad recomendada; dado que este compost no contiene sustancias químicas, no se corre este peligro. De todas maneras, a continuación se explican algunos ejemplos de la utilización correcta del compost en diferentes ámbitos:

  • En el huerto: entre 1 y 2 meses antes de plantar nada y con el compost maduro. Se aplican unos 4 litros de compost por metro cuadrado (aproximadamente, 4 litros son 1 Kg).
  • Árboles frutales: una vez se haya hecho toda la recolección de la temporada, se aplican al árbol unos 5 l/m2 (una capa de 2 cm), para devolverle lo que ha producido en forma de fruto.
  • Césped: cuando se empieza a segar con periodicidad, es decir, en primavera, se pasa el compost maduro por la criba para no obstaculizar el crecimiento del césped y se aplica 1 l/m2 si es para recebo, y 5 l/m2 si es para un nuevo jardín.
  • Árboles ornamentales: en otoño, para compensar el esfuerzo hecho en la primavera y en verano, se aplican unos 2 cm en toda la superficie que ocupa la copa.
  • Plantas y flores: en primavera necesitan unos 2 cm de compost para mostrarse en todo su esplendor y demostrar de lo que son capaces año tras año.
  • Trasplantes: siempre hay que favorecer a las plantas a las que se ha cambiado la ubicación, la tierra, la luz, etc. El compost no solamente les da los nutrientes que necesitan para desarrollarse correctamente, sino que también las mantiene sanas. En estos casos, hay que mezclar 1 parte de compost con 3 de tierra.