El verano es el periodo en que es necesario un mayor cuidado en cuanto al riego. Es preciso, pues, prever que, cuando nos vayamos de vacaciones, las plantas dispondrán del agua que necesitan. Ya que no siempre podemos contar con la colaboración de una persona que se ocupe, lo mejor es instalar un sistema de riego automatizado. Además de los grandes sistemas para jardines, hay otros más sencillos muy adecuados para terrazas.

En general, los sistemas de riego son infraestructuras de mantenimiento vinculadas a los jardines, sobre todo si éstos tienen unas dimensiones importantes o están ornamentados con césped. En los dos casos, el riego manual es complicado, y, además, va acompañado de un importante despilfarro de agua. La instalación de un sistema de riego es, en los jardines, una necesidad de todo el año, tanto a efectos prácticos como de eficacia. En las terrazas y los balcones, en cambio, el riego manual, ya sea con manguera o regadera, es el más utilizado. El problema es cómo mantener un nivel suficiente de humedad en las jardineras y las macetas cuando no estamos en casa.

Riego automatizado

Si disponemos de una toma de agua en la terraza, la instalación de un pequeño sistema de riego automatizado por goteo nos permitirá garantizar que, durante las vacaciones, las plantas dispondrán del agua que necesitan. La instalación es muy sencilla, y, si queremos, cuando el sistema de riego ya no sea necesario lo podemos desmontar y guardar hasta el año siguiente.

En el mercado hay programadores de pequeñas dimensiones fácilmente adaptables a la toma de agua, donde se conectan mangueras que se deberán extender por la terraza. Un buen lugar es la parte trasera de las jardineras y las macetas, con una manguera de 12 mm de diámetro es suficiente. El riego para cada contenedor de plantas se hace mediante la instalación de microtubos que se clavan a la manguera general y se ponen en contacto con el sustrato. La energía para hacer funcionar el programador se puede obtener conectándolo en la red eléctrica o mediante baterías.

Un aspecto fundamental a tener en cuenta a la hora de diseñar la instalación de riego son las diferentes necesidades hídricas. Hay plantas que es preciso regar todos los días, pero otras no. Los programadores pueden tener diversas salidas de agua (electroválvulas), lo cual permitirá dividir la terraza por zonas y racionalizar en cada caso tanto la periodicidad del riego como la duración. Es tan importante que no falte agua como que no sea excesiva, ya que regar más de la cuenta puede afectar negativamente las plantas hasta pudrirlas. Por otra parte, es preciso ser muy cuidadoso con el recurso y evitar un consumo innecesario.

Acumuladores de agua

Si la instalación de un sistema de riego es complicada, el espacio es muy pequeño (por ejemplo, un balcón o una ventana) o es difícil acceder a una toma de agua, hay otros sistemas que pueden ayudarnos a lograr que las plantas tengan la humedad necesaria durante nuestra ausencia. Se trata de geles que se mezclan con el sustrato cerca de las raíces y que actúan como acumuladores de agua: la absorben y posteriormente la liberan a medida que la planta lo necesita. Este sistema acostumbra a ser eficaz durante una semana, aproximadamente, y antes de marchar, es preciso hacer un riego importante que cargue el gel.

Plantas de interior

Dentro de casa es complicado montar una instalación, por lo tanto es preciso encontrar otras soluciones para mantener las plantas en buen estado. Una excelente opción son las macetas y las jardineras con reserva de agua, situada en un espacio debajo del recipiente. Otra posibilidad, no por sencilla menos útil, consiste en hincar en el sustrato un material poroso con el otro extremo sumergido en un recipiente lleno de agua. En este caso, la hidratación se hace por capilaridad. En el mercado se pueden encontrar pequeños ingenios diseñados con este objetivo. Si no los encontramos, podemos hacerlos nosotros mismos con una cuerda un poco gruesa de algodón trenzado.

El sol y las plagas

Además de garantizar la aportación de agua, ya sea mediante la instalación de un sistema de riego o gracias a los vecinos que se ocuparán cuando convenga, es preciso evitar tanto como se pueda que las plantas tengan que soportar la insolación veraniega, tanto por razones de temperatura como de evaporación. La mayoría de terrazas, y también muchos balcones, disponen de toldos que, al estar extendidos durante las horas de más sol, protegen las plantas. Cuando marchamos, esta protección desaparece. Se puede sustituir con la colocación de una malla de plástico parecido a los que se usan en los invernaderos, que evitará el estrés hídrico y la dureza del sol. Incluso plantas tan rústicas como los geranios agradecen una “sombrilla” en verano!

Antes de marchar también debemos pensar en las plagas. Es tan sencillo como revisar bien las plantas y, si sospechemos que pueden sufrir un inicio de ataque, hacer un tratamiento que lo mantendrá en unos niveles de más fácil solución a la vuelta. El momento del día más conveniente por hacerlo es a la hora de menos sol.

Buscar remedios

Si, pese a todas las precauciones, al volver de las vacaciones encontramos alguna planta en muy mal estado por falta de agua, podemos intentar recuperarla reduciendo la superficie foliar con una poda ligera para disminuir las necesidades de evapotranspiración. Una vez podada, la sumergiremos en agua para favorecer la rehidratación, la pondremos a la sombra hasta que mejore su aspecto y haremos riegos frecuentes, procurando, eso sí, que no sean tan excesivos que lleguen a provocar un proceso de podredumbre.

Las plantas que adornan nuestras terrazas y balcones nos hacen muy felices. ¿No se merecen, pues, todas estas atenciones? Cuando volvamos de vacaciones, seguro que agradeceremos encontrarlas tal y como las dejamos.

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La instalación de un pequeño sistema de riego automatizado nos permitirá garantizar que, durante las vacaciones, las plantas dispongan del agua que necesitan

Es preciso evitar tanto como se pueda que las plantas tengan que soportar la insolación veraniega.

Por Salvador Pi, maestro jardinero de “Parcs i Jardins” de Barcelona, y Maria Rosa Salvadó, periodista.