El compostador doméstico puede estar en contacto directo con la tierra o bien se puede encontrar en una base en zonas asfaltadas o en terrazas.

En el caso de estar en contacto con el suelo, será muy positivo para el proceso de compostaje, ya que los microorganismos de la naturaleza entrarán en contacto con los restos que se depositan en su interior y también para permitir el drenaje del agua sobrante de los vegetales. Hay que tener presente que los restos de cocina contienen un 70% de agua. Una parte de esta agua la absorben las hojas secas que hay que añadir, pero el resto se filtra en el suelo muy lentamente.

Cuando se quiera situar un compostador de jardín sobre una base, será cuando no se disponga de una superficie con tierra. En estos casos, el compostador dispone de una base a la cual se sujeta el compostador y que permite recoger los lixiviados en un recipiente mediante un sistema de recogida de líquidos situado en la base del compostador. Así, el compostador podrá ir situado en cualquier superficie, sea asfaltada o en terraza, funcionando de una forma igualmente correcta a la de un compostador sin base.

Hay que procurar que el compostador no reciba demasiada insolación para evitar tener que regar. Lo ideal sería que en invierno estuviera al sol, para así evitar temperaturas demasiado bajas que pueden perjudicar a los organismos y en verano a la sombra, para evitar que esos mismos organismos se mueran a causa de un exceso de temperatura y que el compostador esté demasiado seco. El lugar ideal sería debajo de un árbol de hoja caduca o en una terraza junto a unas plantas decorativas que le proporcionen suficiente sombra en el compostador.

Se necesita entre 50 cm y 1 m de espacio por los lados para poder extraer el compost maduro con comodidad.